Cuando empiezas a opositar, uno de los mayores retos no es el temario… sino cómo organizar tu tiempo de forma realista y sostenible. Estudiar con eficacia no significa estar 10 horas al día delante de los apuntes, sino saber planificar con cabeza para mantener el ritmo a largo plazo.
En este artículo te damos las claves para crear una rutina de estudio semanal adaptada a tu vida real, no a una fantasía imposible de mantener.
6 claves para organizar tu semana de estudio
1. Evalúa tu disponibilidad real
Antes de diseñar tu semana, responde con honestidad:
- ¿Trabajas o estudias otra cosa?
- ¿Tienes personas a tu cargo?
- ¿Qué días tienes menos energía o más interrupciones?
Esto te ayudará a definir cuántas horas reales puedes dedicar al estudio cada día y en qué momentos. Evita idealizar tu agenda. Es mejor planificar 3 horas reales que proponerse 6 y frustrarse al no cumplir.
2. Planifica por bloques, no por horas sueltas
Dividir tu estudio en bloques (de 25, 50 o 90 minutos, según tu capacidad de concentración) te permite mantener la atención sin agotarte. Entre bloque y bloque, incluye descansos de 5 a 15 minutos para estirar, hidratarte o desconectar brevemente.
3. Distribuye el temario con lógica
No estudies solo en orden. Alterna temas nuevos con repasos de temas anteriores y sesiones de práctica (test, esquemas, preguntas orales).
Una buena fórmula y que siempre recomendamos a nuestros alumnos es la regla 50-30-20:
- 50% del tiempo a temas nuevos.
- 30% al repaso de temas vistos.
- 20% a test o simulacros.
4. Reserva tiempo de descanso (sin sentir culpa)
Estudiar sin parar solo lleva al agotamiento. Tu cerebro también necesita desconectar para rendir. Planifica:
- Un día completo de descanso cada semana (o al menos medio día).
- Espacios diarios para ocio, deporte, familia o simplemente no hacer nada.
El descanso es parte del estudio, que no se te olvide.
5. Sé flexible, pero constante
Habrá días mejores y días peores. Lo importante es no tirar la toalla por un mal día. Si no pudiste cumplir tu planificación al 100%, adáptala. La clave es no perder el hábito.
Una semana imperfecta estudiando es mejor que una semana perfecta en blanco.
6. Usa herramientas que te ayuden a visualizar tu rutina
Apps como Google Calendar, Notion o Trello pueden ayudarte a planificar y revisar tus sesiones semanales. Así sabrás qué te toca cada día y te será más fácil seguir el ritmo.
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Una buena rutina de estudio no tiene que ser perfecta, pero sí constante. Planifica con realismo, cuida tus descansos y respeta tu proceso. No se trata de estudiar más, sino de estudiar mejor… y llegar bien preparada al día del examen.